Impulsos que vienen desde
mi interior, gritos silenciosos que  se
mueren por salir y ser escuchados.
Es acariciar sin tocar,
besar sin probar, sentir sin rozar, amar sin tener… 
El deseo es un
estremecimiento en el cuerpo que no controlamos.
Hacer el amor con una
mirada,  besar con una sonrisa, es solo
saborear… sin haber probado ni una pisca de aquel deseo que nos come por
dentro.
El deseo nos mueve y nos
hace ir por el, es inevitable e incontrolable…bueno, tal vez, sólo un poco, lo
necesario para no matarnos.
El deseo no es malo, pero
no es bueno, sino  es traicionero, aunque
 exquisito. El sólo probar un poco, tan
sólo un poco, ya que podría ser peligroso. Ganas de pertenecer, de sentir, de gritar 
Te encantará y siempre
querrás  más
Coral Flores 

 
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